La palabra oscura

lunes, 27 de septiembre de 2010

En los pliegues del tiempo,
en esos remolinos que suceden
entre un rápido abrir
y cerrar de las puertas,
llueve como si el viento nos lanzara
sus palabras de piedra.

La voz que ayer oías
era de labios dulces
y ahora dobla
a lo lejos la esquina
y se borra en la noche.

Pero el viento no cesa
con sus duras palabras
de piedra.

Las palabras de piedra...

La piel

martes, 21 de septiembre de 2010


Busco el rastro de sol
y encuentro heladas perlas
de muérdago,
mañanas en el bosque,
sombra fresca de abril,
el fruto verde del almendro viejo,
los trigales de mayo,
hierba recién segada,
polen de oro,
la primera manzana,
el viento de noviembre,
la manzana de otoño
en el montón de trigo.

Oye latir la noche

jueves, 16 de septiembre de 2010




Oye latir la noche
en la voz subterránea
de las tardes,
y chascar la hojarasca
del otoño
en el suave mecerse de las frondas de mayo.
Podredumbre en desorden ya acelera la muerte
bajo la piel hermosa de los cuerpos.
Apresúrate, pues, corazón jubiloso.
Goza tarde, hojas verdes, luz viva en el cabello,
claveles, labios que tus ojos siguen,
piel de la frente y cuello y alegre primavera.

La joue livrée

miércoles, 15 de septiembre de 2010

La joue livrée

Et toi, main, tu caresses
la peine végétale, la douleur profonde.
Là tu jetas les grains
du tas de la souffrance
qui tellement s'accrut.

Et en nid tu te changerais,
main,
afin que reviennent
cet oiseau et cette rose
qui un jour pour nous furent,
joue, à travers les airs.

Y tú, mano, acaricias
la pena vegetal, el hondo sufrimiento.
Ahí pusieras los granos
del montón del sufrir
que tanto fue creciendo.

Y te volvieras nido,
mano,
para que vuelvan
el ave aquella y la rosa
que un día se nos fueron,
mejilla, por los aires.

Retorno

domingo, 12 de septiembre de 2010

A veces, un instante
es piedra inesperada
que interrumpe el camino;
a veces, una sima que separa dos tierras.

Un hondo pozo y negro
donde cae aquel tiempo
que venía sin pausa,
el que saltó vivaz desde la peña,
-¡allá arriba en la infancia
agua clara y alegre!-;
después arroyo de aguas impetuosas;
más tarde, un caminar
pausado,
en sosiegos de amor y de costumbre.

Ahora será preciso remontar la corriente;
nuevos cauces, tal vez,
abrir
para seguir viviendo

-¡allá arriba!-

Y si al juicio final faltara Dios

miércoles, 8 de septiembre de 2010



Y si al juicio final faltara Dios
y la cátedra altísima
donde se ha de sentar
para juzgarnos,
o si en el fin del tiempo
alguien pusiera
la máscara divina
-su rostro triangular de polifemo-
o levantase
(algún blasfemo, digo)
su diestra majestuosa en escayola,
¿de qué nos servirían
la tristeza en la carne, el reino del espíritu,
la ceniza del miércoles?
Pregunto.


Las piedrecillas blancas

martes, 7 de septiembre de 2010



Llegas ahora, río, en las lentas carretas
de la noche de julio, por roderas lunares,
por las blancas estelas de los álamos claros,
por la desierta esquina de la tapia de adobes,
por el tren de las cinco que silba a los insomnes.

Llegas por las calzadas sobre piedras antiguas,
por los largos pasillos y los claustros en sombra,
por páramos hollados con las plantas del lobo,
por caminos del aire que el gavilán trazó,
por veredas del bosque, por las sendas del ciervo.

Esperándote estamos en el lecho desnudos
para irnos contigo sobre las piedras blancas,
sobre las piedras blancas
                                      hasta dar con la mar.

(C) Francisco Álvarez Velasco
Noche.
IX Premio Internacional de Poesía "Antonio Machado en Baeza"
Voz: María García Esperón
Música: Gelosía. L. Einaudi
MMX

Piedad para la máscara

viernes, 3 de septiembre de 2010

¿En qué silla sentarla,
llevarla de qué mano,
decirle qué palabras?
(Las que puedan posarse en su cerebro,
grávidas y precisas,
palabras que cual ecos no reboten).

Acelerar podríamos un poco
esos granos amargos
en su reloj de arena
y levantar su párpado lloroso
y soplarle la brizna que lo hiere.

O volver hacia atrás,

hacia la infancia,
por ver si acaso sabe de otra senda,
si escucha otras palabras.
Las que al alba se abran
luminosas y broten como flores
-agazapado abril en su memoria-
y alegren hoy su párpado.