Presentación de El libro de las vocales en La buena letra de Gijón

domingo, 22 de septiembre de 2013


El libro de las vocales fue presentado por su autor, Francisco Álvarez Velasco, y por el escritor Miguel Rojo el 20 de septiembre de 2013 en la Librería La buena letra de Gijón.



El libro de las vocales en La buena letra de Gijón. El Comercio


Fuente: El Comercio

El poeta Francisco Álvarez Velasco es "un guaje" en su último libro 

21.09.13 - 00:19 - REDACCIÓN | GIJÓN.


«Los impúdicos tenemos el corazón abierto y eso nos acerca a los guajes, a vivir como ellos». El poeta Francisco Álvarez Velasco presentó ayer en la librería La buena letra de Gijón 'El llibru de les vocales', un trabajo «entrañable, tierno y que te pone una sonrisa permanente en la boca», como destacó el también escritor y colaborador de EL COMERCIO Miguel Rojo, que participó en el acto.

El libro, dedicado a los más pequeños, se presenta en un formato similar a un libro de texto y con un «diseño 'vintage' muy atractivo en el que los niños no tiene la impresión de meterse en la gran literatura», destacó Rojo. Porque bajo esa apariencia sencilla «hay un trabajo de cuatro años y unos poemas muy pulidos», señaló Francisco Álvarez. «Cuando se trabaja para niños lo primero es ser riguroso y hacer literatura, no un texto aniñado. El libro tiene que ayudar al desarrollo del niño», dijo.

Fotos: FAV

El libro de las vocales. Reseña de María García Esperón

viernes, 6 de septiembre de 2013


Madurez y frescura, orfebrería exquisita del lenguaje y asombro ante las primeras letras, inocencia y sabiduría, El libro de las vocales, del poeta español Francisco Álvarez Velasco, ha aparecido en el horizonte de las publicaciones para niños como un homenaje al origen del lenguaje y a la infancia originante.

Paco Álvarez Velasco es un niño infinito que sabe bien su abecedario poético, que hace volver a su fuente juguetona a todas las palabras, que revierte todas las letras en puro gozo. Este poeta consagrado en todos los escenarios posibles de la más alta poesía sabe jugar y puede homenajear a Rimbaud con el minimalismo más indiscutible y esencial en el  Soneto en cinco colores al tiempo que sitúa a las vocales en familia y ya en total revolución alborozada componer una soberbia Nana de la U para una niña que se llama Lluna, que es su nieta y que ha suscitado en el poeta las cadencias más puras:

Con la U cantan los vientos
en los bosques de abedules
y la abubilla en la tarde
bajo los cielos azules.

El libro de las vocales nos conduce a reaprendernos de nuevo, a saborearnos otra vez, a deletrearnos pero más fieles, más humanos y más felices. En plena era digital, cuando los soportes de lectura nos alejan del papel, de la tinta, de la materia y de la tierra madre nuestra, las texturas, el color y la ilustración elegidas por la casa editorial (Impronta), nos devuelven a lo sencillo, al niño que fue mi abuelo, a la niña que tu abuela fue, al punto de la i y a la canción que guarda cada una de las vocales, dispuesta a entregar sus maravillas cuando hay un poeta como Paco Velasco cerca de una letra.

El libro de las vocales es eso. Un libro. Un libro en mayúsculas, para llevar y traer, para abrazar y soñar, para transmitir palabra, cariño y herencia. Un libro tradicional en el más completo sentido. Una riqueza infinita y una hermandad entre dos lenguas de la península  porque ha sido publicado tanto en castellano como en asturiano.

A través de este libro de vocales, muchos adultos podemos acercarnos al hecho maravilloso de que el lenguaje no es solamente eso que se aprende, se estudia y se utiliza. El lenguaje es eso que se crea. Y al crear lenguaje nos recreamos en una esperanzada humanidad. Esta obra de madurez poética dirigida a la infancia nos sumerge en el agua lustral de la Palabra y nos llena el alma de jóvenes sueños. (María García Esperón)


El libro de las vocales
Francisco Álvarez Velasco
Ilustraciones Graffiti / Marina Lobo
Impronta, Colección Fierabrás. Gijón.2013



El libro de las vocales, reseña de Anabel Sáiz Ripoll

miércoles, 4 de septiembre de 2013



Por Anabel Sáiz Ripoll

Francisco Álvarez Velasco, en El libro de las vocales (que se puede leer también en versión asturiana) , nos ofrece una lección de poesía destinada a los más pequeños, pero con guiños al lector adulto. Elementos populares, del folklore tradicional (las xanas…), se dan la mano con referencias culturales (Clavileño, Cordera, el rey Ubú…). Tradición y modernidad se hermanan sin ninguna dificultad en este poemario lúdico y festivo. Paralelismos, metáforas, juegos de palabras, onomatopeyas, exclamaciones, interrogaciones, personificaciones… son distintas imágenes poéticas que el autor maneja bien. El humor y la fina ironía se cuelan también entre los versos. Destaca el “Soneto en cinco colores”, dedicado a Rimbaud, que es una alegría para la vista y un divertimento del autor.
Hay también elementos cercanos al surrealismo o al nonsense que permiten esa imaginación fresca, pujante, siempre alerta.
El libro se muestra como un homenaje a las vocales que, a la vez, es un homenaje a las palabras y a la libertad creadora. La poesía entra en todos los rincones y muestra que los versos pueden salir de elementos prosaicos y aparentemente poco poéticos (“ni pase Nicanor / tocando el tambor”…). Para Francisco Álvarez Velasco no hay nada que, con su mirada especial, no pueda ser objeto de observación, de mimo y de poesía. Así, por ejemplo, se pregunta acerca del punto de la i:
“¿Cagadita de una mosca?
¿Una pompita que vuela?
¿Punto de un kikirikí?
¿Un copo de nueve negra?”
Una vocal tan complicada de rimar como es la u logra tener, al fin, su propia Nana que, al poeta, le sirve para dormir a su nieta Luna, con otra u, precisamente, en el su nombre:
“Con la u se hace una cuna
Y también una herradura
Para herrar a Clavileño
Y subir hasta la Luna”.
Aprovecha también el autor para contagiar su propio espíritu antibelicista:
“Que no pasen hambres,
Que no pasen guerras”.
Los juegos populares ocupan un sitio importante en los versos de “El libro de las vocales”, como, se observa, en las canciones que dedica a cada una de las vocales que son invitaciones a “que pasen” las palabras con estas vocales. Se consiguen así situaciones estrafalarias y ciertamente divertidas como:
“Que pasen las yayas
Alzando las sayas”.


“Que pase Teté
Con rosas de té”.


“Que pase Sisí
Como emperatriz”


“Pase don Totó
Jugando al yoyó”


“Pase la Lulú
Llamando tú y tú”.
La alegría de vivir está presente en cada uno de los versos del poemario. Las vocales cobran humanidad y protagonizan momentos ocurrentes, a veces excéntricos, otras tiernos y siempre vivaces como es el “Diálogo de la O”, vocal que tiene muchas razones para no querer cambiar.
Las ilustraciones de Graffiti, en un estilo vintage, no solamente acompañan los versos, sino que les dan una mayor proyección y provocan que se fijen distintas imágenes, todas divertidas y chocantes.
El libro de las vocales es, sin duda, un buen regalo, para grandes y pequeños.