La savia lenta
domingo, 29 de agosto de 2010
La sábana de hojas
en harapos regresa hasta la tierra
y envuelve las raíces
para abrigar el jugo que se duerme.
Arriba queda el nido
como tu corazón destartalado
en la niebla de otoño.
Esperas aterida
la noche de diciembre
sin pájaros ni cantos.
Bajo la costra dura
las lombrices
trabajan silenciosas para el árbol.